Nos enfrentamos a la mayor crisis humanitaria y de refugiados desde la
II Guerra Mundial. Millones de personas huyen de situaciones
inimaginables de violencia y abusos de derechos humanos en sus países de
origen -desde bombardeos con bombas de barril y ataques con gas en
Siria, a la tortura y la esclavitud en Eritrea.
Desde enero de 2015, más de 350.000 personas, la
mayoría de ellas refugiados, se han embarcado en peligrosas travesías en
búsqueda de la seguridad en Europa. Más de 2.700 han muerto en el
intento. Por desgracia, sus dificultades no cesan cuando logran alcanzar
su destino.
El mayor impacto de esta crisis, sin embargo, no se deja sentir a nuestra puerta -ni tan siquiera en Europa. Líbano
alberga a más de un millón de refugiados provenientes únicamente de
Siria, lo que equivale a un cuarto de su población. Países como
Pakistan, Etiopía y Chad están dando acogida a poblaciones de refugiados
en un número que debería avergonzar a la mayor parte de naciones
europeas.
Según estimaciones, desde marzo de 2011, cuando estalló una gran crisis en Siria, la violencia de los grupos armados ha provocado la muerte de más de 230.000 personas y el desplazamiento de al menos otros 13 millones.
Según estimaciones, desde marzo de 2011, cuando estalló una gran crisis en Siria, la violencia de los grupos armados ha provocado la muerte de más de 230.000 personas y el desplazamiento de al menos otros 13 millones.
Según ACNUR, Turquía es el país que ha acogido a una gran parte de estos refugiados, quienes se han visto forzados a abandonar el territorio sirio debido a la precaria situación en la que viven por la crisis política.
Actualmente, más de 1.8 millones sirios se encuentran en Turquía. Sólo, en el mes de junio, más de 24.000 personas llegaron desde el norte del país árabe a Turquía.
Después de Turquía, El Líbano es el segundo epicentro de refugiados sirios ya que 1,17 millones de sirios han sido recogidos como refugiados. Las cifrasdemuestran que por el momento en Jordania hay 630.000 refugiados, en Irak, 250.000; y en Egipto, 132.000, además de otros 32.000 repartidos en otras partes del norte de África.
El mundo puede cambiar, pero no va a cambiar solo. Hay lo suficiente para las necesidades de todos...pero no lo suficiente para la avaricia de unos pocos.
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