El
Informe 2012 de Amnistía Internacional documenta el estado de los derechos
humanos en 155 países y territorios en 2011. El eco de las demandas de derechos
humanos resonó en todo el planeta a lo largo del año, que comenzó con protestas
en países donde la represión de la libertad de expresión y reunión era una práctica
habitual. Pero, al finalizar el año, el descontento y la indignación ante el
hecho de que los gobiernos no garantizaban justicia, seguridad ni dignidad
humana provocaron que las protestas prendieran en todo el mundo.
Un
denominador común a todas estas protestas, ya fuera en El Cairo o en Nueva
York, fue la rapidez con que los gobiernos se aprestaron a evitar la protesta
pacífica y silenciar la disidencia. Las personas que se echaron a la calle
mostraron un inmenso valor ante la represión –a menudo brutal– y el uso
abrumador de medios letales.
En
un año de disturbios, transición y conflicto, son demasiadas las personas a
quienes se siguen negando sus derechos más básicos. Conforme aumentan las
demandas de mejor gobierno y mayor respeto por los derechos humanos, este
informe muestra que los líderes mundiales aún no están a la altura de este
reto.
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