jueves, 2 de agosto de 2012

EL ENVEJECIMIENTO…UN PROBLEMA CON ROSTRO HUMANO

En muchos países industrializados, la crisis económica y, en particular, la crisis de la deuda, han destapado un problema estructural. Existe un elevado nivel de endeudamiento que no afecta solamente al sector público; es mucho más importante la suma de la deuda de las familias, el sector financiero y las empresas.
Las previsiones se complican aún más si añadimos los compromisos adquiridos por los Estados con la población en forma de pensiones y sistema sanitario. En los países europeos, la
Diferencia entre el coste de estas obligaciones futuras y los ingresos previstos, las denominadas “unfunded liabilities”, multiplica por entre tres y siete la actual deuda de los Gobiernos. Estos necesitarían tener cuatro veces su PIB actual en el banco y los intereses generados para cubrir indefinidamente dichas necesidades de financiación, según datos del National Center for Policy Analysis. Tal presión financiera pone contra las cuerdas la sostenibilidad del Estado de bienestar, especialmente el actual sistema sanitario y de atención a los mayores.
Robots que cuiden a nuestros mayores parece una idea de ciencia ficción, pero no lo es. En Japón, el Gobierno ya ha empezado a promover el uso de autómatas para atender algunas necesidades de las personas mayores, y se calcula que este tipo de máquinas generará un volumen de negocio de más de 7.000 millones de euros en 2015, cuando uno de cada cuatro japoneses haya alcanzado los 65 años. Suplir completamente el trabajo de las personas por robots no parece factible, pero ilustra la envergadura de un problema acuciante: el envejecimiento de la población desestabilizará la balanza demográfica en los próximos años, disparando el número de personas dependientes y reduciendo al mismo tiempo la fuerza laboral en los países industrializados.

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