La crisis
financiera iniciada en el 2007 ha llevado
a la adopción en los Estados
occidentales de distintas medidas de ajuste estructural y recortes sociales cuyo análisis y valoración debe ser sometido
a criterios necesariamente complejos. La
explosión financiera de las últimas décadas ha generado un desequilibrio
estructural en los países occidentales entre demanda real y demanda ficticia,
como consecuencia de niveles de consumo e inversión artificialmente inflados
a través de la acumulación de deuda
Con excesiva frecuencia, derivada de la habitual simplificación de la negociación
social tradicional, y de la conflictividad de la relación entre capital y trabajo, organizaciones empresariales y sindicatos
tienden a situarse respectivamente en una dinámica que, desde el punto de vista
de las organizaciones empresariales, justifica sistemáticamente cualquier recorte
social -que nunca parecen resultar suficientes- y, desde el punto de vista de
los sindicatos, genera una dinámica equivalente en dirección contraria.
En
opinión de EKAI Center es imprescindible analizar las estrategias económicas
del momento actual partiendo de la economía real y no de los desajustes en el
sector financiero. En este
momento, dada la dimensión y gravedad de los ajustes a realizar
en las entidades financieras, no
es posible olvidar que el sector financiero es sólo un sector de intermediación
entre ahorro e inversión. No es
aceptable que se trasladen estos problemas estructurales del sector financiero
a la economía real y la sociedad poniendo en peligro la estructura productiva
y social. Los desajustes en el sector financiero en
ningún caso pueden resolverse poniendo en peligro la cohesión social, el
equipamiento social o la estructura productiva de los países. Es imprescindible
dar prioridad a la economía real y al tejido social frente a los balances del
sector financiero.
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